El 17 de diciembre de 1986 se cometió
el asesinato más escabroso en la historia del periodismo en Colombia. Don
Guillermo Cano Isaza, Director de El Espectador fue masacrado frente a ese
diario, luego de redactar su última editorial titulada “Navidades Negras”. Su
muerte marcó el inicio de un ataque sistemático contra varios miembros de El
Espectador por parte del Cartel de Medellín, que consideraba “enemigo” a ese
medio.
Al día siguiente de su asesinato, las
calles de la capital del país se abarrotaron de periodistas y ciudadanos en la
denominada “Marcha del Silencio” que daría lugar a un hecho sin precedentes en
la historia. Por 24 horas todos los medios de comunicación guardaron silencio;
periódicos dejaron de circular, emisoras de radio y televisoras no
transmitieron en contundente rechazo a uno de los crímenes más infames del
periodismo.
Las nuevas generaciones de periodistas
que no conocimos a don Guillermo aún sentimos su presencia en cada texto, en
cada investigación, en cada autocensura; y especialmente en esta última, pues
él no dejó que la corrupción y el miedo doblegaran su espíritu inquebrantable y
su compromiso con la verdad y la paz del país.
Crimen de Lesa Humanidad
La Fiscalía General de la Nación declaró
el 2 de julio de 2010 que el homicidio de Cano Isaza era delito de lesa humanidad, al considerar que fue una acción sistemática y generalizada contra
El Espectador. “En un principio se responsabilizó al narcotraficante Pablo
Escobar y en 1996 se condenó a Luis Carlos Molina, empresario cercano al cartel
de Medellín, quien pagó cuatro años de cárcel por el asesinato. De todas
formas, hay indicios que demuestran la posible participación de más personas en
el magnicidio” según la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP).
El año pasado la FLIP manifestó su
preocupación por los escasos avances judiciales conseguidos en el
esclarecimiento del asesinato de Guillermo Cano Isaza, especialmente, después
de ser declarado delito de lesa humanidad.
Libertad de Expresión y Acceso a la Información Pública
Desde el pasado 11 de diciembre,
Colombia cuenta con una herramienta que analizará el estado de la libertad de
expresión y el acceso a la información pública. El Índice PAN (Proyecto Antonio
Nariño) “pretende ofrecer un panorama sobre el ambiente para ejercer el oficio
periodístico en las diferentes regiones del país”. De igual forma, “busca medir
año tras año los avances o retrocesos frente a las acciones del Estado para
garantizar estos derechos fundamentales y servir de insumo para el diseño y
monitoreo de políticas públicas sobre dichos temas”.
“Recogiendo las experiencias de los
periodistas a lo largo y ancho del país, es alarmante ver cómo los periodistas
dejan de publicar algo para proteger su vida, más que porque sean presionados
directamente por un grupo armado o por un político. Especialmente en Antioquia,
Valle y Putumayo, los periodistas deciden obviar información relacionada con
prácticas políticas corruptas o grupos armados, para evitarse dolores de cabeza
e intimidaciones”, dijo
Jineth Bedoya, subdirectora de Justicia de
El Tiempo, manifestando su preocupación por los casos de autocensura que se
presentan en Colombia.
Entre los hallazgos de la
investigación se destaca que “el Caribe fue la región con el más alto índice de
agresiones a medios de comunicación reportando durante el año 2011 dos ataques
a la infraestructura a medios radiales: uno en Cesar y otro en Magdalena”.
Durante la presentación de resultados,
César Caballero, consultor metodológico del Índice, afirmó que la calificación
de 50.3 sobre 100 puntos significa que “Colombia tiene enormes retos por mejorar en
ambos temas, libertad de expresión y acceso a la información pública”. Ver resultados del índice aquí.
Catedra
Guillemo Cano en la UdeC
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Diploma entregado |
La Universidad de Cartagena, el 13 de
este mes, certificó a 15 estudiantes en la Cátedra de Periodismo Guillermo Cano
“para honrar a esta familia valerosa cuyos actos
son ejemplo para el país” según lo manifestado por la docente Sara Bozzi
Anderson.
La catedra fue lanzada el 8 de octubre
en el paraninfo Rafael Nuñez de esa universidad y contó con la presencia de Ana María Busquets, esposa de Guillermo Cano, y sus
hijos; escenario que también sirvió para presentar la antología “Tinta
Indeleble” que recoge
columnas y crónicas de Guillermo Cano.
Que la memoria de
este pilar de la democracia, el periodismo y la rectitud que fue Guillermo Cano
Isaza, sea honrada por los periodistas de este país con responsabilidad, de
cara a la verdad y con la convicción de que “Así como hay fenómenos que
compulsan el desaliento y la desesperanza, no vacilo un instante en señalar que
el talante colombiano será capaz de avanzar hacia una sociedad más igualitaria,
más justa, más honesta y más próspera”.
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Los contenidos del espejo negro... Siempre los encuentro tan ¡interesantes! Es información de la que ningún Colombiano debería privarse.