¿PLAN DE DESARROLLO?

sábado, 19 de mayo de 2012


Fotografía: Carlos E. Rivera Ruiz
Por Haroldo (Goyo) Payares
Para los que entienden de estos menesteres, el Plan de Desarrollo (PDD) de un municipio o un departamento, no es más que la herramienta de gestión necesaria, que orienta las acciones de las políticas públicas de los gobernantes de turno.
Los PDD, no pueden ser un invento de elucubraciones esotéricas o caprichosas desde la concepción de gobernabilidad de esos iluminados que se le aparecen al gobernante, vendiéndole el cuento de que ellos son la verraquera peluda para estructurar planes de desarrollo. Los planes de desarrollo arrancan desde el mismo momento en que el aspirante percibe desde su óptica sensitiva todo un conjuro de problemas sociales, para los cuales el propone estrategias de solución en un programa de gobierno que radica al momento de su inscripción, y desde ese momento el programa de gobierno, se convierte en el óbice del PDD.
La discusión al interior de la campaña de Campo Elías Terán en su equipo programático, fue bastante álgida en ese sentido; en razón a que el ingeniero electricista Amaury Julio (hoy secretario de participación) planteaba que los programas de gobierno debían ser etéreos, y de un máximo de dos o tres hojas; y desde otra óptica, un sector con el cual yo me identificaba, sosteníamos que el programa de gobierno debía ser de compromisos serios con la comunidad, sin importar el número de hojas.
Después de conocer la elaboración del PDD, no me queda más remedio que pronunciarme sobre la vergüenza ajena y el escozor que me produjo este documento, que está totalmente desfasado de la lamentable realidad de nuestra ciudad, pero sobre todo en lo que tiene que ver con los gastos de inversión.
No puede ser posible que muy a pesar de la estructuración de las normas que regulan los procedimientos para la elaboración de los PDD, este se encuentre en un limbo, por la falta de calidad y disponibilidad de la información sobre cifras, como el hecho que el presupuesto de gastos e inversión, se encuentre por debajo del fondeo de recursos del sistema regional de participación, que imposibilitara superar los objetivos de desarrollo del milenio (ODM-PNUD) en lo local, para erradicar la pobreza extrema y el hambre, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente, bajar los índices de mortalidad infantil, mejorar en cobertura y calidad la educación primaria, propender por la inclusión de la mujer con autonomía en todos los ámbitos, combatir el VIHS y otras enfermedades y mejorar la salud materna; todos ellos dentro del marco de unas políticas publicas coherentes, que garanticen la puesta en marcha de los compromisos asumidos.
Cuando hacemos el esfuerzo de leer y entender el PDD para Cartagena, percibimos de manera literal que los que en el intervinieron, no hicieron el menor esfuerzo por construir una estructura de información coherente y de calidad que les permitiera articular un diagnóstico de la situación real del distrito; todo se basó en un embeleco al que ellos llamaron socialización, y que no fue más que un dialogo medianamente presencial, mas no participativo de los diferentes actores: públicos, empresa privada, y organizaciones cívicas; lo que al final arrojo una lectura de beneficio de intereses para unos cuantos, propiciando la exclusión de los históricamente desatendidos .
La coyuntura del PDD de este gobierno, que coincide con la estructuración del nuevo POT, se debió manejar de manera articulada con políticas publicas proyectadas a 2022 que nos permitiera garantizar el desarrollo y la superación de barreras sociales por diez años; para entonces presentarnos un documento baboso y plagado de mentiras y de intereses infames en favor de los que manipulan y se apropian de los activos de la ciudad.
*Las opiniones expresadas en el presente texto no comprometen el pensamiento de El Espejo Negro.

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