Fotografía: Colectivo Pedro Romero Vive Aquí
Por Haroldo (Goyo) Payares
Leer y escuchar en los medios de comunicación nacional y local, las noticias sobre la captura de funcionarios de diferentes entidades publicas de Cartagena, no es noticia relevante; lo relevante es que a esos funcionarios se les considera personajes importantes de los círculos sociales y económicos de la ciudad, y por ello cotidianamente están recibiendo distinciones por parte de los gobernantes del distrito, del departamento o de cualquier institución privada o estatal.
Por estos días, y con el inicio de la administración de Campo Elías, se ha rumorado uno que otro comentario sobre la escogencia de funcionarios en los diferentes cargos, que son de suma responsabilidad, y de determinante importancia para una ciudad como Cartagena, declarada por la Unesco, como patrimonio de la humanidad, por su valioso componente patrimonial; y en el caso que me ocupa, me estoy refiriendo al cargo de director de la división de patrimonio del IPCC.
El IPCC, creado en su momento para la preservación, defensa y custodia de los inventarios patrimoniales, tanto tangible como intangible; pero además como la oficina desde donde se orientarían todas las políticas a las que “obliga” y direcciona la oficina de patrimonio de la Unesco para la conservación de los centros históricos con todos sus componentes
Pero como aquí todo nace torcido, esta se ha convertido, al igual que la oficina de control urbano, y corvivienda ( finalmente el tiempo me ha dado la razón) en el bunker de unos funcionarios que se se han dedicado a prevaricar, lo que en el ámbito popular se les conoce como distinguidos ampones en concierto
Lo grave de todo esto es que se le esta haciendo un daño muy difícil de reparar a la ciudad; y en el caso de la Cartagena patrimonialmente colonial y republicana aun mas.
Es vergosozamente inaceptable que el señor Ricardo Zabaleta, acepte el cargo que hoy ostenta, después de haber oficiado como contratista en el cargo de interventor de los proyectos del parque del Centenario, y de la plaza de la aduana, que a diferencia de otras ciudades de Colombia, estas sometieron los diseños de sus plazas y plazoletas a concurso como :Santa Marta, Mompox, Barranquilla, Tunja, Tavio y Buga entre otras. Aquí como siempre estas se adjudicaron a dedo, al Arquitecto Alberto Samudio.
Esta critica parte del hecho que el señor Zabaleta, que hizo parte del comité técnico asesor del IPCC, debía tener conocimiento que en esa obra lo que se aprobó fue un permiso resolutivo para obras de mantenimiento, y que lo que hoy se ejecuta es una obra de gran envergadura que debió ser manejada como una restauración monumental , por tratarse de un monumento nacional, con su debida exploración arqueológica, la liberación de los adendos o agregados, así como también la restitución de su área recreativa pasiva, que es dentro del componente espacial de este, el eje guía de ese icono ambiental y lúdico de la ciudad, pero además dejar descubiertos los testigos del primer matadero de la ciudad que aparece en los planos de Antonelli.
¿Pero puede un Arquitecto que de hecho debe ser sensible, hasta la línea que lo separa de ser Gay o no, y que se jacta de ser especialista, hacerse el de la vista gorda ante un atropello tan infame como el que se le ha hecho al patrimonio de Cartagena en el parque del centenario, y en la plaza de la aduana?, donde se han pasado por el trasero los códigos de lectura de la ciudad, importándoles un comino las recomendaciones a las que prácticamente obliga la carta de Venecia ( aunque la Unesco respeta los fueros locales), y con arrogancia soslayada por la ignorancia diseñan pendientes para la evacuación de las escorrentías de aguas lluvias, no sabiendo que todas las plazas en Cartagena evacuaban por percolación, y mediante un sistema de conducción subterráneo, que acaban de destrozar sin escrúpulos y con intolerante ignorancia, pero además estas plazas nunca fueron concebidas con arborización , porque precisamente la sombra para cobijarse estaba en los portales circundantes, y de hecho asi se controlaba que los mitin no fueran exitosos. Quiero recordarles a mis ilustrados y diplomados colegas que las plazas fueron concebidas para reuniones políticas, religiosas, militares o en su defecto de mercado.
Me quiero ratificar en que el hampa de las influencias, el hampa de las relaciones, el hampa del trafico de influencias, pero sobre todos, el hampa de los ignorantes presumidos están depredando el patrimonio inanimado
Señor Ricardo Zabaleta en mi concepto como ciudadano del común, que mas o menos entiende y valora lo patrimonial (que también me pertenece), creo que usted debería por simples valores éticos, renunciar al cargo; aunque por ahí se comente que usted llego ahí por influencias y haciéndole el mandado al señor Carlos Matos………..que no creo.
*Las opiniones expresadas en el presente texto no comprometen el pensamiento de El Espejo Negro
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